¿Cómo se forma un buen Líder?

06.11.2023

Este es un tema que con mucha regularidad se confunde con "el mando" que se le otorga "a alguien", al ocupar un puesto laboral de mayor nivel que otros, es por ello qué, en diversas ocasiones se cree erróneamente que al ocupar un puesto de alta jerarquía dentro de una empresa, en automático esa persona se convertirá en "un líder", sin duda y sin menospreciar los méritos personales, conocimientos y aptitudes, un buen líder comienza por ponerse "al servicio" del personal a su cargo, valorando e impulsando a cada uno de los componentes del equipo, debe de ser empático y propositivo, creativo e innovador, enérgico pero a la vez amable, con don de mando pero sin la soberbia del que todo lo sabe, con la humildad suficiente para reconocer "en otros" méritos personales, conocimientos y aptitudes, que colaboren y enriquezcan la labor de equipo.


Este es un tema amplio y que en muchas ocasiones se quiere reducir a seguir una receta o un decálogo para formar a un líder, siendo que éste, es más bien el resultado de una formación integral, de una forma de pensar, de una congruencia entre lo que se piensa, lo que se siente, lo que se transmite, y por último, las acciones y los resultados de ese supuesto líder en colaboración con el equipo a su cargo.


Ahora bien, no todos los liderazgos son buenos o dignos de seguir, hay liderazgos que se ocupan para acciones incorrectas, incluso para cuestiones fuera de la ley o en perjuicio de la empresa.


Es por ello qué, quisiera compartir este artículo que encontré en la red y que trata este tema de una forma muy interesante ..

Silverio López G.

Cualquier persona puede serlo si tiene disposición, creatividad, concientización y sentido de responsabilidad.

Por Elizabeth López Argueta

Miércoles 05 de Julio de 2017 - 01:24

El tema del liderazgo está cobrando gran fuerza en todo el mundo, pero al momento de desear convertirse en líder, inmediatamente se piensa que se debe nacer con esa cualidad, ¿es cierto? 

La realidad es que hay millones de personas que desde la infancia han mostrado aptitudes para dirigir, por ejemplo: motivan a otros niños, organizan diferentes actividades recreativas o emprenden ideas innovadoras y aventureras; sin embargo, esto no significa que quien no lo haga no pueda liderar al ser adulto. 

El líder sí nace, pero también se hace si se tiene disposición, creatividad, concientización, sentido de responsabilidad y sobre todo se sabe lo que realmente implica serlo.

Para Liz Wiseman, experta en liderazgo e inteligencia colectiva, un líder es aquel que inspira a los demás y quien canaliza la inteligencia y energía del grupo para resolver algún problema importante o para aprovechar una oportunidad.

"La definición más pro de líder es alguien que eliges seguir cuando no tienes qué".

Un jefe es alguien con quien estás obligado a trabajar porque te pagan, en cambio un líder es aquel por el que trabajas aunque no tengas que hacerlo. Lo haces voluntariamente, lo decides seguir porque la visión que tiene saca lo mejor de ti y de los demás empleados", dice en entrevista.

La autora del bestseller Multiplicadores: cómo potenciar la inteligencia de tu equipo, indica que una de las principales características de los mejores lideres es la inteligencia, además de que conocen la que su grupo de trabajo posee, ello ayuda a resolver conflictos o iniciar nuevos proyectos exitosos. 

Los líderes son inteligentes


"Los mejores lideres saben que los trabajadores resolverán un problema sin que ellos estén presentes".

Asimismo, los líderes son intelectualmente curiosos, es decir, en lugar de usar su intelecto para dejar en claro a los demás que tienen todas las respuestas o decir lo que se debe hacer, usan su inteligencia y curiosidad para descubrir y resaltar los conocimientos de los otros. Preguntan, promueven los debates rigurosos, ven en las personas a genios genuinos y crean un ambiente de seguridad y creatividad. 


Dentro de los tipos de líderes ..


Wiseman indica que los líderes que motivan a los demás y amplifican la inteligencia son conocidos como multiplicadores, pero desafortunadamente hay algunos que reducen las capacidades de los empleados. A ellos se les conoce como disminuidores. 

"Este tipo de personas son muy inteligentes, pero se enfocan tanto en lo que saben que no pueden pasar su conocimiento para realmente ver las capacidades del equipo. Por ello los otros se restringen de dar ideas, se 'apagan' y dan menos de la mitad de su potencial, en promedio sólo 35 por ciento".

Este tipo de líderes se ubican más en empresas con un riguroso orden jerárquico, algo que es muy común en Latinoamérica, donde se tienen compañías muy inteligentes pero que desperdician el talento y potencial de los empleados.

Generalmente los disminuidores no saben que lo son, pero sus acciones los identifican rápidamente.

Por ejemplo, sienten que deben proteger a sus empleados de las distracciones y emociones negativas, por lo que eliminan los obstáculos y barreras; son grandes defensores de las jerarquías y siempre lo dejan en claro; son el centro de atención en las reuniones; creen que la presión mejora el desempeño; imponen ideas, no escuchan las de los demás y toman las decisiones finales solos o con un pequeño círculo.

El error de los líderes


Al intentar no ser un líder exigente ni disminuir las capacidades del equipo de trabajo, muchas personas llegan a ser demasiado protectores. 

La especialista indica que muchos líderes rescatan a sus empleados de todo tipo de problemas sin hacer que ellos lo resuelvan por sí mismos, lo que provoca dependencia. 

"Es como un buen padre o madre que hace todo por sus hijos y no deja que aprendan. Debe saber que los hijos necesitan aprender a resolver sus propios problemas", explica Wiseman.

Añade que para ser un mejor líder hay que experimentar el sufrimiento y enfrentarse a grandes dificultades o de lo contrario, no se tendrá un adecuado crecimiento personal ni de equipo. 

Añade que para ser un mejor líder hay que experimentar el sufrimiento y enfrentarse a grandes dificultades o de lo contrario, no se tendrá un adecuado crecimiento personal ni de equipo. 

"Se debe aprender que puede comenzarse una compañía con una excelente idea y un líder energético, pero para hacer que crezca y sea exitosa, se necesita tener un líder creador de genialidad, que no sólo cree y multiplique las ideas, sino que use toda su inteligencia para la organización. Los emprendedores deben intercambiar su estilo de gerencia", concluye. 

Estrategias para ser un mejor líder

Los líderes multiplicadores son aquellos que aumentan la inteligencia de su equipo de trabajo y los motiva a crecer.

Para ser uno de ellos, sólo se deben hacer siete cosas.

¿En qué consiste ser un buen Líder?

En lo personal y en mi experiencia en los negocios, un líder es alguien en acción y que levantándose las mangas en el campo o en la oficina, "con su propio ejemplo" les sirve de guía y es motivador para que "otros" desarrollen todo su potencial, su creatividad y su ingenio, pero que al hacerlo, esos otros "no se conviertan en un clon de él".. sino en ..


"VERDADEROS LÍDERES" con sus propias virtudes y limitaciones, que en un futuro y en lo particular les permita "a cada uno de ellos ser" ..


"Un Líder visionario y empoderado"


Esto aplica para cualquier tipo de género y circunstancia de vida, el único limite es aquel que generamos "con nuestros propios miedos" o prejuicios. 

Silverio López G.

 

Cualquier equipo está formado por un grupo de personas con distintas personalidades, diferentes formas de pensar y entender las cosas. Gestionar dicho equipo de un modo adecuado, no siempre es una tarea sencilla, sin embargo es esencial para alcanzar éxito.

El papel de un líder en un grupo es fundamental. Para lograr resultados debemos cuidar lo más valioso: Las personas que integran el equipo. Cuando creamos un entorno en el que las personas consiguen resultados, pueden desarrollar nuevas habilidades y triunfan, estamos cumpliendo nuestra mayor vocación como directivos y líderes de personas.

Un líder no es aquel que únicamente tiene un conocimiento o experiencia determinada. Es aquel que tiene coherencia e imparcialidad, predica con el ejemplo actuando con integridad, conoce los objetivos de la organización y departamento al que pertenece. Pero además, los líderes son personas proactivas que saben motivarse y motivar a los demás, son buenos comunicadores y excelentes oyentes, suelen ser flexibles y abiertos a nuevas ideas; y sin duda conocen la importancia de crear un buen ambiente de trabajo donde se cultive la cooperación y la colaboración entre los miembros del equipo.

El verdadero líder es aquel que otorga "poder" a los trabajadores. ¿A qué nos referimos con ésto? Cuando las personas pueden dar su opinión en lo que a soluciones se refiere, no estamos únicamente obteniendo información sobre diferentes modos de llevar a cabo una tarea determinada, algo más importante, a través de la participación y la involucración, estamos consiguiendo que los trabajadores se impliquen más para que dicha tarea salga bien.

Lo cierto, es que independientemente de lo que hagamos siempre pueden surgir contratiempos y dificultades. Sin embargo, es necesario entender que nuestros resultados y los de nuestro equipo dependen de cómo se resuelvan estas dificultades. No debemos omitir los problemas, pasar por alto las dificultades. Hacer como si no ocurriese nada no es la salida ante un conflicto. La comunicación siempre debe estar presente ante ciertas incidencias que puedan ir surgiendo. El líder debe tener por tanto coherencia, imparcialidad y fortaleza en los momentos demandantes. Sin estas cualidades puede incluso agravar más posibles dificultades y reducir la moralidad de todos.

La persona que lidera un equipo debe interesarse por el crecimiento y desarrollo profesional de todos sus colaboradores. Si nos preguntásemos qué es lo que motiva hoy en día a los trabajadores, deberíamos hablar en la medida de lo posible de reconocimiento y agradecimiento, tareas estimulantes y satisfactorias, y oportunidades de crecimiento. El dinero es importante, pero mucho menos de lo que podamos pensar, los trabajadores esperan una remuneración justa y objetiva.

Para que la mayoría de los supervisores o directivos puedan realizar todos sus cometidos es fundamental que sepan delegar y deleguen parte de su trabajo. Sin embargo, aquí nos encontramos con el problema de que muchos responsables temen hacerlo. Ésto suele deberse a diversas razones, algunas de ellas son la necesidad de querer controlarlo todo, ciertas inseguridades en la persona que delega o que anteriormente se haya delegado y no haya resultado bien.

Finalizar, no olvidando algo, cuando nos ascienden o nos asignan a un puesto de liderazgo, no obtenemos automáticamente todas las habilidades necesarias que contribuyen a ser un buen líder. Por ello debemos ir adquiriéndolas, y esto comienza ganándonos la confianza de nuestros nuestros colaboradores.

"El entusiasmo es contagioso, es difícil mantenerse neutral o indiferente ante una persona de pensamiento positivo" -Denis Waitley.
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